Hablemos sobre TEA

Fue el nombre que se le dio a la charla en la que participó la comunidad escolar de la Escuela Tesón Minero

El TEA y el TEL pueden coexistir lo que complejiza la evaluación de ingreso que efectúan fonoaudiólogas de escuelas de lenguaje

Marcela Canales

Como una forma de responder a múltiples inquietudes de la comunidad escolar de Escuela de Lenguaje Tesón Minero, en relación al trastorno del espectro autista (TEA), qué lo caracteriza, qué lo diferencia del Trastorno Específico del Lenguaje y sobre cómo orientar a los adultos en relación al mejor abordaje de esta condición, el equipo de gestión del establecimiento organizó una charla informativa que se realizó bajo la modalidad online.

La relatora de la actividad fue la terapeuta ocupacional Marcela Canales Linqueo, quien –entre otras cosas- tiene un diplomado en autismo y vasta experiencia en trabajo con alumnos con esta condición de distintos establecimientos de las comunas de Coronel y Lota. La profesional manifestó que en el último tiempo ha podido constatar personalmente un incremento de la cantidad de alumnos por curso que presenta TEA lo que representa un gran desafío para todas las comunidades educativas.

Al respecto profesionales de Escuela Tesón Minero también expresaron que ha habido un notorio aumento de consultas por parte de padres de niños de 3 años de Lota, con sospecha de TEA, que sondean posibilidades matrícula para el nivel Medio Mayor, lo que coloca a la escuela en una compleja situación frente a ellos. Durante la jornada se enfatizó que, normativamente, las escuelas de lenguaje en general no pueden matricular niños con diagnóstico concreto de TEA, sino sólo acoger a pequeños con trastorno específico del lenguaje, TEL, y con ninguna otra condición de base.

Marcela Canales precisó que, muchas veces, el TEA y el TEL pueden coexistir lo que complejiza la evaluación de ingreso que efectúan fonoaudiólogas de escuelas de lenguaje. La situación es todavía más difícil con menores de sólo 3 años los que, aunque ya se encuentren en manos de un neurólogo, muchas veces no son diagnosticados certeramente hasta cuando alcanzan los 4 ó 5 años de edad.

La profesional indicó que algunas características de los niños que podrían llegar a tener diagnóstico TEA son una comunicación más bien no verbal (dificultades para la conversación entiéndase “recíproca”); en lo social buscan aislarse, les cuesta hacer amigos o integrarse a grupos nuevos; dificultades para compartir juegos imaginativos; comportamientos repetitivos como aleteo frecuente; en el ámbito de la inteligencia pueden presentar capacidades superiores.

Por último, añadió que suelen evidenciar alteraciones sensoriales de distinto tipo, por ejemplo,  auditivas (hipersensibilidad a sonidos), visuales (desincronía entre la visión y la audición), táctiles (dificultad a la hora de abrazarles o tocarles). Además pueden tener reacciones exageradas ante determinadas texturas. También pueden rechazar ciertos olores y sabores cotidianos, o buscar sabores fuertes.

Marcela Canales señaló que con una intervención oportuna y adecuada, los niños con TEA logran evolucionar positivamente y que la progresiva madurez modifica con el tiempo comportamientos que los caracterizan en la primera infancia por lo que los padres y cuidadores pueden ser optimistas en relación al futuro de estos pequeños.

En la actividad participaron profesionales y técnicos de Escuela Tesón Minero, además de padres y apoderados del establecimiento.